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Palacio de Los Fajardo
Otros usos
ARQUITECTOS:
Juan Antonio Sánchez Morales y Jesús Abril
ARQUITECTOS TÉCNICOS:
José María Alcázar Pastor, Francisco Gómez Ruiz y Salvador Felipe Gómez Peñalver
CONSTRUCTOR:
Escuela Taller de Cehegín
PROMOTOR:Promotor: Ayuntamiento de Cehegín Promotor edificio original: Familia Fajardo Roca
MOTIVOS:
Por haber servido a tres usos tan distintos como residencial, administrativo y turístico, en su última etapa, con plenitud de capacidad operativa, al tiempo que se convertía en uno de los principales contribuidores a la personalidad del casco antiguo de Cehegín
DESCRIPCIÓN:
Este palacio es un ejemplo representativo del Barroco murciano, con aparejo mixto de ladrillo visto, entrepaños de mampostería y revocos esgrafiados en gris. Se encuentra ubicado en el casco antiguo de Cehegín, conformando la plaza de la Iglesia con edificios nobiliarios de los siglos XVII y XVIII, y actualmente alberga el Museo Arqueológico.
Fue concebido como noble residencia borbónica construida bajo en patrocinio de una de las familias de mayor abolengo de la España del Antiguo Régimen. Como es habitual en este tipo de palacetes, la edificación consta de dos plantas y una falsa, elemento característico de los edificios de esa época. Se trata de una cámara superior, con huecos a la calle mediante balconcillos con importantes peanas, cerrajería fundida con el alero originando un remate en toda la fachada de enorme riqueza decorativa. Estas falsas aparecen para aprovechar el espacio bajo los faldones de los tejados.
En la planta baja se concentran los servicios, cocheras y el área noble quedaba en la primera planta. Aunque en la fachada no existe una correspondencia entre los vanos de las diferentes plantas y, por tanto, carece de simetría, resulta de gran dinamismo, gracias a la variedad de materiales y recursos arquitectónicos y decorativos aplicados en su diseño.
La fachada del edificio queda ennoblecida por el uso de elementos pétreos. En primer lugar está sobreelevado con un pequeño zócalo de sillares de piedra dela sierra de la Puerta. Además, la portada esta enmarcada con pilastras de mármol de Peñarrubia. En la planta inferior se aprecian cinco vanos donde se alternan varias soluciones: en los extremos aparecen dos arcos carpaneles o arcos de medio punto rebajados, mientras que el resto son adintelados.
Su puerta de acceso se encuentra enmarcad por pilastras. El primer piso cuenta con cuatro balcones y el ático presenta cuatro balconcillos de forja con ventanas de arco rebajado.
En el interior se conservan restos pictóricos originales, destacando el techo de la escalera imperial, donde los visitantes pueden admirar las nervaduras y la decoración de su bóveda policromada, así como los escudos de armas en pinturas murales. La restauración se centró en devolver al edificio su imagen propia desde la doble condición del edificio, tanto física como compositiva, empleando las técnicas con las que se construyó originariamente, labor que desempeñó magníficamente la primera escuela taller de la Región.