Edificio Ruíz Seiquer
Uso residencial
ARQUITECTOS:
Vicente Martínez Gadea
ARQUITECTOS TÉCNICOS:
Bartolomé Perales Joda
CONSTRUCTOR:
Deycon S.L.
PROMOTOR:Crisvalor S.A. y Soledad Ruiz Seiquer Gallego
MOTIVOS:
PREMIO REGIONAL por conservar sus cualidades materiales y funcionales sin ningún tipo de enmascaramiento superficial, en un edificio que por su belleza es meritorio de su ubicación en el centro de la ciudad.
DESCRIPCIÓN:
Dos fueron los problemas fundamentales a los que tuvo que responder este proyecto: El primero, no pequeño, viene de la obligación, marcada por los organismos de Protección del Patrimonio, de mantener las fachadas (y solo las fachadas) de estos edificios cuando el Plan General y las Ordenanzas municipales permiten edificar una planta más dentro de su altura de cornisa. Como la historia de la configuración de las ciudades coincide con la de la edificación de sus máximos aprovechamientos permitidos, es impensable que alguien renuncie a ese derecho, necesario además para hacer viable una promoción de entrada lastrada por el coste del manteniendo de la fachada. Así que al arquitecto le llega un buen problema, que aquí se resolvió convirtiendo la primera planta, la antigua “planta principal”, de mayor altura, en una planta de duplex, rapiñando niveles con la estrategia de organizar los plantas de las estancias interiores repartiendo la altura total del edificio y dejando de mayor altura los cuartos de estar, que dan a fachada, operación que no dejaba rastros al exterior y que además mejoraba espacialmente las viviendas. En la parte de fachadas nuevas la diferencia de número de huecos en altura se camufló con miradores.
El otro problema era hacer un edificio único donde había dos, más un solar interpuesto. Aquí la solución elegida fue prolongar la fachada de ladrillo de la calle Platería a lo largo del lado del solar que daba a esa calle, con una composición de huecos más contemporánea pero repitiendo exactamente la cornisa existente. Y hacer lo mismo con la de estuco de la calle y plaza de San Bartolomé. El encuentro imposible entre ambas se resolvió con una llaga longitudinal en la esquina, dando lugar a un elemento notable de la composición justo donde el edificio tiene más presencia urbana, al formar una de las jambas de la entrada a la estrecha calle de Platería.